Una vez me dijeron que los humanos son la especie más impredecible que existe en la tierra, no les creí… hasta que conocí a mis dos mejores amigas. Ellas me comprobaron esa frase y es que los humanos somos impredecibles, un día decimos amar algo y al otro ya no además de ser la única especie que traiciona, no nos guiamos por las reglas de la naturaleza… aunque queramos.

Apagué mi cigarro con el zapato mientras que Atalía y Maika hablaban sobre lo que harían estás vacaciones, sobre como es que querían hacer un viaje las tres pero yo de antemano sabía lo difícil que sería realizarlo, por tiempos, poco trabajo y principalmente por la poca disposición que de vez en cuando ellas se cargan.

Atalía era mi mejor amiga desde hace mucho tiempo, ese cabello largo y castaño era de sus mayores atributos junto con ese par de ojos verdes los cuales se escondían atrás de unos lentes que… cambiaba cada que se le daba la oportunidad para darle algo chic a su estilo. Estudiaba psicología por lo que sus platicas últimamente eran más profundas de lo común y sus consejos más sustentados. No había mejor definición para Atalía que la mamá del grupo, todo el tiempo preocupada y extremadamente atenta a sus finanzas, había cosas por las que no gastaba ni un centavo siempre y cuando no fueran ropa o zapatos, esa era su mayor debilidad; y siéndoles honesta aunque parecía una mujer independiente, no lo era por completo, su familia la tiene bien cuidada, es lo que se puede decir una niña de familia, el sueño de muchos, era impresionante la cantidad de hombres que querían con ella pero lo peor de todo es que la selección que hacía de estos no era la mejor (después de un tiempo me acostumbre y me alegré de que la hicieran feliz) de las tres sin duda alguna era la que más corazón tenía.

En cuanto a Maika, era muy bonita, de una cara tierna y una actitud parecida hasta que se enojaba, era ahí cuando todos le temíamos, porque una vez que alguien le discutía algo y ella estaba segura de que tenía la razón no había quien la parara. La más simpática de las tres, la que más se enferma (Aunque a veces creemos que es un poco hipocondriaca) y la que más protagonismo quiere aunque diga todo lo contrario. Ella era el ejemplo perfecto de mujer independiente en busca del amor de su vida, la más enamoradiza y la más distraída. Era a la que más gente conocía de las tres por su familia, además de que a todos les caía bien por una u otra razón; a decir verdad ella también era como una mamá con todos pero a menos escala que Atalía; de un corazón bondadoso pero rencoroso al mismo tiempo, la complicidad sin duda alguna hacía que la vida a su lado fuera entretenida.

Por ultimo quedaba yo… Norma pero suelen decirme Noor, de las tres soy la más fuerte y la que más disfruta de las fiestas y vicios, no es como que sea una drogadicta pero el cigarrillo siempre va a ser mi perdición; soy lo suficientemente independiente como para saberme moverme e irme a mi gusto, la más ocupada de las tres por las múltiples actividades a las que me he metido al intentar disminuir mi ansiedad; la menos femenina, la que no se quiere casar, la que quiere viajar y la que es  menos comprendida de las tres o al menos así se sentía, mi físico no es el mejor pero tampoco soy la persona más horrible que verás y está es la historia de cómo mis dos mejores amigas… dejaron de serlo.