A • Letras

No era suficiente con Rayuela

“Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad de su estudio que miraba hacia el parque de los robles”

Cortázar

Quiero comenzar este breve comentario con el título del cuento (a mi parecer no se le ha prestado la suficiente atención, creo que suele ocurrir con los escritores caracterizados como “complejos” que el ansioso lector salta directamente al contenido esperando encontrar ahí su verdad). 

Con mi poco y muy probable errado criterio pienso que se titula “La continuidad de los parques” porque ahí radica lo central, en ese punto que podemos denominar como una “continuidad” en el que nuestras realidades dentro del cuento (lector-libro) convergen y se hacen una. 

Estos jardines de ambas historias son el puente entre ella, son el simbolismo más fuerte de coalición pero no el único, puesto que temporalmente también marchan (dado que el lector comienza cuando el sol se oculta, su amante y futuro asesino interactúan durante el atardecer y por último el encuentro entre el lector y el homicida sucede de noche). 

Ahora bien, comencé con el título porque creo que ahí existe la magia que  diferencia al breve cuento del resto, el como se plantea el contexto para irnos sumergiendo en ambas realidades y finalmente darnos los elementos necesarios con los cuales percatarnos de esa continuidad entre parques que conecta ficciones aisladas. 

Por eso este cuento ha llegado a ser lo que es, por sus componentes, podemos decir que la verosimilitud con la que los mundos están construidos y como convergen con esta continuidad tiene mayor elaboración que novelas, trilogías o sagas completas que con dificultad manejan un mundo y en caso de que sean lo suficientemente valientes como para añadir otro se asemeja a un dibujo al carbón que se borra cada vez más, como una pintura que no se terminó. 

Algo que se le puede criticar a este texto es su veracidad, el hecho de que las realidades se unan al final, el personaje del texto se materialice en lo que podríamos denominar como el plano terrenal o una primera ficción es inverosímil, pero lo que nos interesa aquí es como Cortázar narra el cuento para envolvernos a tal grado de creerlo. 

Porque esto de contar historias ahora es más sobre convertirlas en creíbles y este cuento lo demuestra.