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Titanomaquia

Otra manifestación artística plagada de violencia es la escultura de la “Titanomaquia”, más divina que humana es una obra plástica que nos cuenta la lucha final entre Dioses y Titanes

Considero que la violencia siempre será uno de los temas más delicados pero necesarios de platicar, puesto que esta burbuja que ha surgido alrededor de ella que la ha terminado por catalogar incluso como un tabú, no ha generado más que desinformación y malas percepciones sobre un problema tan común en nuestro día a día. 

Lo anterior es justamente el sentido de todo este ensayo, recalcar lo común que es este fenómeno dentro de un nivel cultural más trascendental y observándolo como “entes externos a” se busca comprender y explicar los siguientes puntos: 

 

  1. Nuestra cultura ha normalizado la práctica de la violencia desde hace muchos años ya, descalificamos potenciales acciones agresivas porque ya no generan un impacto psicológico dentro nuestro sistema. 
  2. Tenemos que tener una perspectiva más crítica y fresca que nos permita diariamente identificar actitudes violentas. 
  3. La violencia no es algo nuevo, siempre ha estado presente en nuestra cultura y todas (pero para fines del ensayo me referiré solamente a los griegos puesto que son una de las mayores influencias en el desarrollo de nuestra cosmovisión. 
  4. Los factores sociológicos actuales no influyen que alguien sea propenso a ser violento es algo inherente al humano. 
  5. Para disminuir toda la agresión primero se tiene que admitir que existe, reconocer en todas sus formas y definir una respuesta clara ante ella. 

 

Antes de comenzar con las formas griegas de la violencia quiero dejar claro dos importantes factores que delimitan nuestro tema. Una definición concreta de violencia, para la Organización Mundial de la Salud es “el uso intencional de la 

fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte”, usé esta declaración como una guía para la selección de los ejemplos que estoy próximo a presentarles. 

En la otra mano, durante la investigación caí en cuenta de que los Griegos no tenían un sistema de leyes formalmente instituido es por esto que no se estudia el “derecho griego” puesto que es casi inexistente, las reglas iban y venían junto con sus dirigentes, permanecían el mismo tiempo en el mandato que la gente que las postulaba y esto desemboca generalmente en caos, ahí radica la cuna del ímpetu griego desde la perspectiva de algunos sociólogos. 

Comencemos con un poco de historia para comprender mejor a la cultura en cuestión, la guerra Greco-Persa es un excelente ejemplo que retrata la situación interna de los helénicos y su respuesta ante una fuerza de igual magnitud. 

Debemos saber que los Griegos eran una gran número de pueblos que habitaban en el mediterráneo, se regían bajo diferentes reglas, adoraban distintos dioses (aunque eventualmente compartieron el mismo credo), y libraban sus propias batallas, este gran avance que sería elaborado por muchos avances individuales pronto se convirtió en una amenaza para los Persas. Así fue como Jerjes, Darío y Artajerjes comenzaron una incursión casi exitosa en la caótica península griega donde se habían asentado sus principales ciudades. 

Previo al comienzo del combate Jerjes envió emisarios pidiendo agua y tierra (señal de paz) a las dos Polis más importantes Atenas y Esparta, en ambas ciudades-estado esos mensajeros encontraron una súbita muerte, pero eso no terminó ahí, los Espartanos reflexionaron su falta diplomática (en esas épocas la única regla clara sobre la guerra es que a los emisarios no se les daría muerte) por ello intentaron enmendar su error solicitando a dos voluntarios (quienes fueron de noble cuna) para que viajaran hasta la capital de Jerjes donde debían pedir perdón 

por su ofensa como pueblo y sí el mandatario así lo decidía perder la vida en orden de limpiar el nombre de Esparta y señal de respeto; cuando le plantearon esto al líder rival él se negó contundentemente puesto que no respondería con la misma violencia que había recibido. 

Aquí observamos dos cosas interesantes, Los Espartanos mandaron emisarios en respuesta a su ofensa, no iban de parte de los Atenienses también o se pensó en un discurso unido, esa acción fue un ejemplo más de la individualidad que regía a la Grecia clásica y también el sentido de Jerjes sobre lo que es justo, toda su incursión y el punto de los Persas atacando Grecia es porque su desbarajuste interno se propagaba rápidamente amenazando alterar el orden que ellos llevaban. 

Mismo episodio un poco más adelante nos encontramos con luchas individuales antes de considerar una unión entre las Polis, Atenienses sangrando en Maratón y Espartanos defendiendo las Termópilas. Así que del conflicto Greco-Persa hay que quedarnos con una Grecia desunida que no dimensionó hasta donde llegaría y que rivales podría crearse, unas polis sin un sistema de leyes definido o sentido de respeto por las normas bélicas. 

A todo esto ¿qué consumía artísticamente la gente de ahí? ¿qué le llamaba la atención? 

Tenemos a las tragedias, los griegos acudían a sus teatros para observar a las obras de los célebres Esquilo, Sófocles, Eurípides. Obras como Áyax, el segundo personaje más fuerte de la milicia griega quien al término de la guerra con Troya no recibe la armadura de Aquiles, le es asignada a Odiseo, esto lo lleva a la locura y el deseo de asesinar a los Átridas, Hera lo sumerge en una visión donde lo logra pero tan solo había terminado con la vida de unos borregos, la pena y culpa le consumen, coloca su espada sobre el suelo y salta a ella; esta tragedia termina con un monólogo sabio como los que acostumbra Odiseo sobre como el odio puede corroer al alma humana. 

 

Otro clásico es “Prometeo Encadenado” atribuida a Esquilo, nos cuenta la historia de como Cratos (fuerza), Bia (violencia) y Hefesto (Dios del fuego) encadenaron a Prometeo por haberle entregado el fuego a los humanos, esto es algo común en la cosmovisión mediterránea sobre las cosas, las buenas acciones son sancionadas por medios divinos, y la sanción ante este enorme de gesto de bondad, desinterés propio y profundo amor fue que el titán terminó encadenado a una montaña donde cada mañana llegarían cuervos a devorar sus órganos y por la noche sanaría, hasta nuestros días el gigante que nos dio el fuego repite esta noria.

Las Aves es otra tragedia que describe la empresa de dos jóvenes atenienses con ayuda de las aves por construir una ciudad libre de corrupción (desde aquí se buscaba esa utopía social, ese algo mejor en comparación del caos que habitaba la tierra), y lo curioso es que lo logran, al menos por un tiempo, hasta que Zeus se entera de ese lugar que es más harmónico que todas sus polis juntas, así que sin más les destruye. 

Otra manifestación artística plagada de violencia es la escultura de la “Titanomaquia”, más divina que humana es una obra plástica que nos cuenta la lucha final entre Dioses y Titanes, es una experiencia completamente catártica observar vulnerables a las figuras celestiales de los Griegos enfrentándose a rivales más fuertes que ellos, lo bello de su realización es la inmaculada maestría de como lograron evocar el dolor, la desesperación y el odio sobre piedra caliza. 

Alejándonos un poco de los anfiteatros y la tierra firme tenemos a Creta que desde sus comienzos había entretenido a su pueblo con el “salto de toro” (predecesor de la tauromaquia), en algunas de esos rodeos el toro debía perecer (incluso es aquí donde surge cortarle las orejas y cola para señalar lo bueno que fue el deportista al lidiar con el animal. Una de las primeras pinturas y más viejas que tenemos hablando históricamente es una que adorna el palacio de Cnossos, retrata a un joven saltando un toro, agarrándolo por los cuernos y en los márgenes le contemplan dos personas.

 

El asunto es que la violencia vende, por eso la gente iba a ver la obra de los trágicos, al salto de toro, por eso esculpieron la Titanomaquia y lloraron con las aves, porque también dentro de cada una de ellas tenemos esos impulsos sumamente humanos que ya había mencionado antes el dolor, la desesperación y el odio, que tienen la misma veracidad que el mismo amor, respeto y cuidado, quizás la gente se sentía liberada de esos impulsos catalogados como “negativos” asistiendo a esos lugares, pero no se trata eso. Somos violencia y no está mal, cuando dejemos de satanizar esto, conciliemos nuestros polos podremos comenzar a formar una cultura de la paz.