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Electrolit ¿Es bueno o malo?

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Electrolit y productos similares están diseñados para rehidratar el cuerpo, reponiendo líquidos y electrolitos perdidos, especialmente en casos de deshidratación por enfermedades, ejercicio intenso o exposición al calor. En estos contextos, su consumo es beneficioso y médicamente justificado.

Aunque no requieren receta, muchos médicos los recomiendan en casos específicos, como gastroenteritis, fiebre, vómito o diarrea, lo que sugiere que tienen una utilidad clínica real.

Aunque contienen azúcar, algunas versiones de Electrolit tienen menos cantidad comparadas con refrescos tradicionales, y están diseñadas para hidratar, no solo para el placer del sabor.

Electrolit debe considerar el contenido de glucosa, lo cual es relevante porque muchas versiones contienen entre 18 y 25 gramos de azúcar por botella, lo que puede ser perjudicial si se consume sin necesidad médica.

El gobierno mexicano cuestiona si el consumo de Electrolit es principalmente rehidratante o recreativo, lo cual sugiere que muchas personas lo consumen sin requerirlo, como sustituto de refrescos o por resaca, lo que anula sus beneficios médicos y puede contribuir al sobreconsumo de azúcar.

La propuesta de gravarlas igual que otras bebidas con azúcar implica que se perciben más como alimentos o bebidas comerciales que como medicamentos. Esto sugiere que su uso cotidiano podría ser similar al de refrescos, lo cual no es saludable si se hace con frecuencia.

El consumo de Electrolit es bueno solo cuando se hace con fines médicos o en situaciones que requieren rehidratación específica. Su uso regular o como bebida recreativa no es recomendable, debido a su contenido de azúcar y la falta de necesidad médica en muchos casos.

Desde una perspectiva de salud pública, tiene sentido considerar su regulación fiscal como bebida azucarada si su uso principal ya no es terapéutico. Esto no significa que el producto sea malo en sí mismo, sino que su uso inadecuado puede ser perjudicial.