Maltrato animal y el vínculo de este con la violencia de Género.
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Razones por las que los derechos animales son un asunto feminista:
La cosificación y explotación de las vidas y los cuerpos de los animales deberían ser sometidos a un estudio severo, ya que es motivo de lucha contrarrestar el modo en que el patriarcado ignora los intereses de ciertos sujetos en beneficio de otros, que han sido designadosde forma arbitraria como “superiores”.
1. Los cuerpos de los animales son cosificados también
Ser cosificado significa que el propio cuerpo y la propia vida existen para el placer o beneficio de otros.
Convertir a un ser humano en una cosa, en un objeto, es casi siempre el primer paso para justificar la violencia contra esa persona”. Cuando cosificas cuerpos, ves esos cuerpos como objetos que te sirven a ti para algún propósito específico. De manera similar, los cuerpos de los animales son reducidos a cosas carnales (literalmente) que pueden ser consumidas, o utilizadas en proyectos científicos dolorosos que no son éticos.
Los cuerpos animales son considerados “menos que”. Culturalmente, no son percibidos como seres independientes que experimentan dolor, placer y una variedad de emociones, y que tienen sus propias relaciones sociales. Por esta razón, los animales soportan sistemas de violencia espantosos que a menudo ni siquiera son cuestionados.
La cosificación explica por qué tantas industrias utilizan ratones, monos, cerdos, conejos y otros animales en ensayos científicos horribles: porque estamos condicionados a no tenerles en consideración. Esto explica por qué los animales sufren duras condiciones de vida en la industria del entretenimiento, como por ejemplo sucede en los acuarios.
2. Los cuerpos de los animales son utilizados para normalizar la cultura de la violación
Los animales tienen sexos. Las torturas infligidas a los animales, por consiguiente, serán específicas a su sexo y no sorprende que, para las hembras, su capacidad reproductiva determina, de manera abrumadora, cómo se controlarán sus cuerpos.
La ganadería intensiva, institucionaliza el sexo forzado y sistemas violentos de opresión. Las hembras sufren una vida de violaciones repetidas y embarazos perpetuos, y una vez exhaustas, se las mata. Las gallinas son criadas para producir una cantidad abrumadora de huevos, lo cual resulta en una enorme cantidad de estrés para sus cuerpos, que les ocasiona dolencias dolorosas como la retención de huevos y otras enfermedades.
3. La violencia doméstica perjudica a los animales
Hay una clara correlación entre hacer daño a animales en la infancia ymanifestar comportamientos violentos hacia seres humanosmás adelante en la vida adulta.
La correlación entre la violencia contra los niños y las mujeres y la violencia hacia los animales demuestra cómo el patriarcado perjudica a aquellos con menos poder.
De hecho, muchos refugios para mujeres víctimas de violencia de género están comenzando a aceptar también a los animales. Está comprobado que las mujeres tienden a no abandonar los hogares abusivos si no pueden llevarse a sus compañeros animales con ellas, porque temen por sus vidas.
El maltrato a los animales de compañía puede ser un indicador de violencia machista. Así, cuando el agresor amenaza o ataca a estos seres apreciados por la mujer puede estar ejerciendo una violencia psicológica contra ella. Y en el peor de los casos también podría considerarse un tipo de violencia vicaria, que es “el daño más extremo que puede ejercer el maltratador hacia una mujer: dañar y/o asesinar a los hijos/as”, según la definición del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. En este caso, el maltratador atentaría contra la vida de los animales para hacer sufrir a la que es o ha sido su pareja.
Fuente: nuso.org
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