Mujeres a través de la historia: Malala Yousafzai

Malala

 Pakistán12 de julio de 1997) es una activista pakistaní residente en el Reino Unido desde el atentado sufrido el 9 de octubre de 2012 con 15 años. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 2014 a los 17 años,convirtiéndose en la persona más joven en acceder a ese galardón en cualquiera de las categorías que se otorga.

En 2007, gran parte de su territorio cayó bajo el dominio de las milicias del movimiento talibán paquistaní Tehrik-e-Talibán Pakistán

Los talibanes impusieron su versión radical de la sharía –ley islámica–, cometiendo multitud de abusos contra los derechos humanos y ensañándose especialmente con la educación y con las mujeres, a las que prohibieron salir de casa si no era acompañadas de un varón. Las escuelas fueron uno de sus objetivos prioritarios: un informe publicado por el ejército paquistaní en aquellas días aseguraba que habían destruido alrededor de 170.

Malala Yousafzai era entonces una niña de 11 años, hija del director de una escuela femenina en Mingora, la principal ciudad de la región. La escuela tuvo que cerrar sus puertas y ella comenzó a contar la dura experiencia de vivir bajo el dominio talibán en un blog en urdu –la lengua más hablada en Pakistán– publicado por la BBC. El seudónimo con el que firmaba sus escritos, Gul Makai –"flor de maíz"–, es también el título de una película india que cuenta su vida.

El activismo de Malala estuvo cerca de costarle la vida. El 9 de octubre de 2012, dos milicianos talibanes abordaron el autobús escolar en el que viajaba, preguntaron por ella y, cuando se identificó, la dispararon, causándole graves heridas. Dos de sus amigas, Shazia Ramzan y Kainat Ahmed, también resultaron alcanzadas por las balas.

Un portavoz talibán justificó así el atentado contra una adolescente de 15 años: "Era joven, pero estaba promoviendo la cultura occidental". Amnistía Internacional calificó los hechos como un "espeluznante acto de violencia".

 El 12 de octubre, un grupo de cincuenta clérigos musulmanes en Pakistán emitió un mensaje contra el que trató de matarla, pero los talibanes reiteraron su intención de matar a Yousafzai y a su padre. El intento de asesinato conmovió a la comunidad nacional e internacional en apoyo a Malala.

Trasladada de urgencia al Reino Unido, los médicos consiguieron salvar su vida tras múltiples operaciones. Cuando se despertó en un hospital 10 días después del atentado, Malala se había convertido en un símbolo no solo en Pakistán, sino en todo el mundo.

Su recuperación vino seguida de un torbellino de reconocimientos y de logros. En Pakistán, más de dos millones de personas firmaron una petición por el derecho a la educación y la Asamblea Nacional aprobó la primera Ley sobre el Derecho a una Educación Gratuita y Obligatoria del país.

En 2013 obtuvo el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia, concedido por el Parlamento Europeo y el Premio Embajadora de Conciencia, concedido por Amnistía Internacional. Además, el 12 de julio de 2013, día de su 16 cumpleaños, la ONU le homenajeó en Nueva York instituyendo el Día de Malala. Se convertía así en la segunda persona, tras el expresidente sudafricano Nelson Mandela, en tener un día Internacional dedicado a su figura.

2013, Premio Nacional por la Igualdad y la No Discriminación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación de México.

En octubre de 2014 el Gobierno de Canadá, a través de su Parlamento, le confirió la ciudadanía canadiense Honoraria a Yousafzai.  En octubre de 2014, fue galardonada con el Premio de los Niños del Mundo en Suecia. A pesar de que ha luchado y lucha por los derechos de la mujer, así como por los derechos del niño, ha afirmado que no se describía a sí misma como feminista en una entrevista para la revista Forbes en octubre de 2014.

El 10 de diciembre de 2014, Malala recogió el Nobel de la Paz junto con el indio Kailash Satyarthi, ingeniero informático indio que desde hace más de tres décadas denuncia la explotación laboral de la infancia.

El idealismo de Malala chocaba pocos días después con la realidad. El 16 de diciembre los talibanes mandaban un sombrío y sangriento mensaje que dejaba claro que la lucha de Malala por la educación no había terminado: un ataque de los radicales islámicos contra una escuela en Peshawar causaba la muerte de casi 150 personas, más de 132 de las cuales eran alumnos.

Su lucha, tal vez más callada tras la avalancha de acontecimientos y celebridad de los años 2012-2014, ha continuado a través del Fondo Malala, creado por ella y su padre en 2013, y al que donó la dotación económica del Premio Nobel, de más de 800.000 euros. En el tiempo transcurrido desde la recepción del Premio Nobel, se ha licenciado en Filosofía, Política y Economía en la prestigiosa Universidad de Oxford y hasta se ha casado.

Regresó 5 años después a su país y volvió a irse por las amenazas nuevamente recibidas.

Malala siempre ha dicho que su historia es importante porque es la historia de miles de niñas a quienes se les niega su derecho a la educación.

 

Fuente: es.amnesty.org