¿Maternidad Arrepentida?

El dulce engaño de la maternidad

Por Lorena Herrera

¡Ser madre no tiene madre!

Cuando era pequeña siempre me compraron o regalaron muñecas para que jugara a la casita. No entendía nada, pero me llenaron de juegos de té, muñecas en forma de bebés, carreolas, mamilas, etc. Algo que a esa edad no se comprende, pero imitas a la madre que cuidaba al hermanito menor.

Definitivamente es el inicio a una imposición social de seguir el rol que se le ha asignado a las mujeres miles de generaciones atrás.

En los medios de comunicación ves saturado la hermosa imagen de la madre amamantando al pequeño, siempre con toques rosados y mostrando una falsa verdad que estoy segura que muchas mamás reconocemos en secreto.

¿Existe una presión social para ser mamá? En mi época, cuando tenía más de 20 años, ¡Sí! Y contaré mi experiencia.

Era la prima quedada, la sobrina quedada, la nieta quedada, la hija brincada y la que siempre iba a las fiestas de los sobrinos sola y sin pareja. Les recuerdo que tenía 25 años y muchos de mis amigos, hermanos y primos ya estaban casados o cargando pequeños.

Recuerdo en ese entonces no existía la opción de no ser mamá… No cómo en estos tiempos que ahora muchas mujeres se han impuesto a no serlo a pesar de los juicios.

Siempre lo vi como un proceso natural que tarde o temprano tenía que venir a mi vida, el ciclo reproductivo de la mujer moderna: crecer, estudiar, recibirte, trabajar, crecer profesionalmente, viajar, encontrar pareja, casarte y finalmente tener hijos, los cuales serían la culminación, la cereza del pastel de la felicidad plena, completa y exitosa de las mujeres.

Tuve a mi pequeña a los 33 años y después a mi hijo a los 35. Lo suficientemente madura para desearlos plenamente, lo suficientemente grande para saber criarlos con amor, comprensión, enseñanza, límites y madurez… Jajajaja, ¡Mentira! No existe edad para creer que la crianza y la maternidad serán fáciles.

Es el trabajo más cansado que, desde mi perspectiva existe, es agotador, estresante, sin horario, sin gratificaciones, con mucha responsabilidad y sintiéndote culpable en todo momento y más aún cuando la crianza y disciplina están a cargo de un solo padre. Soy divorciada desde hace 4 años.

Para los(as) que desean tener hijos y lo están pensando, amiga, amigo, ¡No quiero espantarte! Tiene muchos momentos gratificantes, emocionantes y llenos de amor (por ejemplo: cuando te besan y te dicen eres la mejor mamá del mundo, cuando cantan en los festivales, cuando se juega, cuando te cuentan sus emociones, literalmente cuando se duermen y los ves crecer) esos momentos hacen que TODO, TODO y TODO VALGAN LA PENA.

¿Esta presión social ha cambiado en pleno siglo XXI?

Salió la noticia en medios digitales que, a pesar que la tasa de fecundidad en México pasó de 7 hijos por mujer, obvio que en los años 60s, a 2 en el 2020, aún existe presión social para las mujeres, para que seamos madres, incluso, menciona en la nota, que en algunos sectores donde no hay mucha preparación o educación académica, prevalece la idea de que es una OBLIGACIÓN más que una elección, ejerciendo actos de violencia quienes deciden atrasar el embarazo o definitivamente optan por NO ser madres.

Tania Meléndez Elizalde, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) de Aragón y co coordinadora del Seminario Interinstitucional de Familia y Diversidad; así como Alejandra Collado Campos, especialista en Estudios de la Mujer y jefa de Medios de Comunicación del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM señalaron que:

“En la medida en que las mujeres tienen más acceso al conocimiento, a adquirir grados escolares mayores, proponen proyectos de vida enfocados a su profesionalización, postergan la vida reproductiva y, en muchos casos, deciden no tener hijos”, afirmaron.

Y es terrible saber que todavía existen discursos violentos ante la elección de las féminas a no ser madres en diferentes rubros sociales. En el ámbito médico, ginecólogos dicen: “útero que no da hijos, da tumores” o que hay un reloj biológico; el religioso señala que las mujeres vinieron al mundo a procrear, y el institucional o de la familia refiere que si una mujer no tiene hijos ¿cómo va a dejar huella y cómo va a seguir el apellido?” o peor aún, ¿quién te va a cuidar cuando seas anciana?

¡Así de terrible!

Decidir no ser madre se les juzga todavía como mujeres solitarias, rechazadas, castigadas como solteronas, amargadas, enojonas o “la que nadie quiso”, sin tener en conciencia que muchas mujeres pueden ser plenas y felices sin serlo. Situación que no les pasa a los hombres al decidir no ser padres.

Por otra parte, me dejó pensando la declaración de Karla Tenório, una joven mujer brasileña, creadora del movimiento ‘Madre Arrepentida’ quien señaló en los recientes días:

“Soy Karla Tenório, tengo 38 años, soy actriz, escritora, tengo una hija de 10 años y soy una madre arrepentida”.

En pocas palabras explicó que, desde que nació su hija, durante la labor de parto, la cual fue muy doloroso, entendió que no había nacido para ser madre: “Nunca tuve una niñera, dejé de hacer muchas cosas, dejé de aceptar trabajos para ser una excelente madre, por la culpa. Los síntomas del arrepentimiento materno son la frustración, la sensación de que la vida se acaba, el abandono, el desánimo para desarrollar nuevos proyectos vitales.Tardé diez años en salir del armario, en asumirme como una madre arrepentida, porque parecía que era la única, pero no es así”.

Aunque asegura que el objetivo de su movimiento es para escuchar los testimonios de otras madres, “¡porque este movimiento es de amor!” y para cuando su hija crezca pueda tomar una decisión real y consciente sobre la maternidad”, me hago la siguiente pregunta: ¿La maternidad esta sobrevendida?

Al igual que Karla, amo intensamente a mis hijos, son mi Norte, ellos han sido la razón de que en mis momentos más tristes siga adelante (la muerte de mi padre, por ejemplo). Reconozco abiertamente que soy una mamá cansada y frustrada, como una terrible consecuencia que nos ha dejado la pandemia al educar, criar, estar, convivir, enseñar y a acompañar a nuestros hijos 24/7, dejando a millones de madres exhaustas emocionalmente y físicamente. Pero con todo y eso, me queda claro, a mi perspectiva, que NUNCA, NUNCA, NUNCA cambiaría nada.

Volvería a casarme con su padre para tener a mis dos retoños.

Es cansado ser madre, el más incomprendido y en el que muchas personas, libremente, se sienten con el valor de opinar, pero no de apoyar verdaderamente. En estos tiempos que nuestros hijos están en casa, sanos, latoso, felices y en un estado desesperante… ¡Disfrútalos! En estos tiempos hemos perdido a tantos miembros de nuestras familias, entre ellos niños, cuyos padres desearían tener la oportunidad de poder abrazar una vez más a sus pequeños por última ocasión.

¿Y tú qué piensas de la maternidad?

Cuando sufrí de violencia verbal me di cuenta de como el poder de las palabras conlleva al micromachismo.

Si quieres saber más de Masculinidades, machismo y violencia de género visita nuestro programa Mujer Ejemplar Live

Lo que no nos mata, nos hace más fuertes a pesar de la violencia de género que nos rebasa como Mujer y con la violencia verbal de nuestro día a día existen Mujeres extraordinarias como  Elizabeth Esteban, que se ha ganado su lugar en una prestigiada universidad de Estados Unidos ¡Felicidades Elizabeth! Eres una #MujerEjemplar.