Buscaba un pueblito mágico del sur del estado de México, y lo encontré, esta a 70 minutos de Toluca, la primer experiencia es el viaje por carretera, una autopista cómoda y segura, pero para mi gusto cara, el recorrido aproximado es de 45 km. y pagas 100 pesotes. Durante el recorrido nunca vi una patrulla o algún tipo de seguridad para el viajero, la llegada obligada a Ixtapan de la Sal es mística, el calor es muy rico, no quema, no asfixia, simplemente es agradable (a pesar de que el día estaba completamente nublado).

Al ser un lugar cualquiera de México turístico, la gente prepotente no falta, esa gente que se siente más por tener algún tipo de poder, económico, político o social. En muchas ocaciones es un poder bastante estúpido, por ejemplo visitamos un parque acuático “económico" pero no tanto si eres un ciudadano de a pie, solo si eres un maestro tendrás un precio preferencial, se llama Ixtamil, este es propiedad del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado de México, y que decir de la renta de habitaciones, no pude rentar la que me acomodaba según ellos no tenían la habitación disponible a pesar de que el hotel estaba semi-vacío, y de plano las suites están reservadas para las cacas grandes del sindicato, ni siquiera la puede rentar por una noche un maestro agremiado. Que lástima!!! Este mal rato en el Ixtamil permitió que me aventurara y me moví.

Aunque Ixtapan de la Sal es agradable (salvo el Ixtamil) mi destino aguardaba a 10 minutos con dirección a Taxco ahí se encuentra Tonatico, un pequeño pueblo que se dedica principalmente al comercio y al turismo, la gastronomía es excelente, el ambulantaje existe pero es muy pintoresco, se venden frutas, pan, botanas, verduras y nada de mercancía china en sus calles.

El hospedaje es muy económico, no rebasa los 1000 pesos por habitación, es mucho mas barato que Ixtapan de la Sal, que ronda los 1500 por el mismo servicio. Las posadas son los mejores lugares para pasar la noche, son negocios familiares que dan sustento a sus dueños, te sientes como llegando a casa, te sientes cómodo, te dan ganas de no regresar a tu cuidad, por eso creo que es un pequeño pedazo de paraíso.

Alejarte de la ciudad por unas horas se agradece, viajar es una experiencia que cultiva, enseña, alecciona y devuelve a la vida, aquella vida que ya no apreciamos, desconectarte del mundo virtual, del trabajo, de la gente que te rodea a diario.

Saludos
Omar Pérez
Su Amado Líder