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Historias del seguro social: El espíritu de la backpack
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- Category: A • Experimental
- Published: 22 Enero 2019
- Por Omar Pérez
Pues si, en el centro de la República mexicana seguimos sin gasolina (si hay, pero escasa) y esto afectó mi puntual cita a los análisis de sangre del seguro social.
En últimos días he decidido viajar de forma ecológica, me muevo en una bicicleta prestada, es muy divertido moverte así, tiene sus cosas buenas y malas, por ejemplo mi cita al seguro me pedía que llevara muestra de orina para análisis distintos, una garrafa de galón con la pipí acumulada de 24 horas y un pequeño frasco con el primer líquido de la mañana.
En casa y con las muestras en su respectivo envase decidí emprender camino en bicicleta, salí a las 6:20 am con la intención de llegar antes de las cita de las 7.
A mitad de mi viaje me llegaba el olor a pipí, pero como no soy perro, no identifique si era mía o era el ambiente, decidí parar y revisar el estado de los recipientes al interior de mi backpack, todo en orden, ambos se veían bien cerrados y con el frío matutino de Toluca no olía nada extraño. Seguí mi camino.
Al llegar a la ya conocida enorme fila para análisis clínicos reviso de nuevo mis frascos, todo se veía bien, sin embargo la muestra pequeña (que además iba en una bolsa de plástico) se veía sin contenido, se salió todo el contenido a analizar, pedí que aportaran mi lugar en la fila y corrí al baño. Todos ocupados. Sale una persona y entro casi empujándolo y ahí mi primer dilema, ¿vuelvo a llenar el frasco? O ¿rescato el que sigue el la bolsa? Decidí rescatar la famosa primer orina de la mañana, rompí con mis dientes una esquina de la bolsa (mi boca nunca tocó el contenido) regrese la pipí al frasco y volví a la fila.
La señora que me guardo el lugar me vea raro, yo sentía que olía a orines, seguí seguro de mi higiene, la fila siguió avanzando, tocó mi turno de extracción de sangre y entrega de muestras de orina.
Regrese a donde había dejado amarrada la bicicleta y cuando me di cuenta la mochila si tenía un olor extraño. Solo digamos que tenía un espíritu muy oloroso, la backpack ya está lavada y perfumada. Lista para otra aventura.
Gracias a la mezcla de falta de gasolinas y a mi espíritu aventurero hoy tengo algo que contarles.
Por cierto la atención en el IMSS se dio sin contratiempos y aunque no lo creas, sin jetas de por medio.
Seguro en un mes les tengo una historia nueva de estos lugares tan contrastes, para unos su más grande bendición y para muchos otros su peor pesadilla