En 1969, el escultor Alberto Pérez Soria diseñó para el Departamento del DF y el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, antecedente del DIF, una serie de maquetas para equipar los parques. Sus piezas, más cercanas a la escultura, representaban animales, como gorilas, jirafas, hipopótamos, osos y elefantes, y sus formas incluían huecos donde los niños podían esconderse y superficies para treparse.

Originalmente, las piezas fueron concebidas para ser vaciadas en bronce. El artista terminó sin recibir remuneración y las autoridades decidieron modificarlas y construir las piezas con concreto; a pesar de todo, la fauna de Pérez Soria terminó ocupando casi todos los parques del país.

Esa no sería la única intervención de un artista en el diseño del mobiliario urbano infantil: desde los primeros años de la segunda mitad del siglo XX. En 1957, Mario Pani concibió un arenero para la Unidad Habitacional Santa Fe; en la Unidad Independencia, el escultor Pedro Miret diseño las zonas infantiles, y Teodoro González de León creó, en 1962, peces de concreto para la Colonia IMSS, de Ciudad Sahagún.

La carrera de Diseño Industrial fue creada hasta 1965, y la ausencia de profesionales y el movimiento de integración plástica en la arquitectura colocaron a artistas y proyectistas en el camino de la creación del mobiliario infantil. El primer intento por rescatar la historia de esa infraestructura aparece en el libro Playgrounds del México moderno, escrito por el historiador del arte Aldo Solano Rojas, editado por Cubo Blanco y Fundación Jumex.

El volumen repasa la historia de los juegos infantiles en el espacio público desde el Porfiriato, hasta la intervención de otros creadores.

La durabilidad, el nivel de abstracción, el material, y la idea de que los programas deben abarcar todo el territorio, creó una escuela mexicana del playground. Pero, más que intentar que todos jugaran de la misma manera, dice, el objetivo era que la infraestructura llegará a todo el territorio.

El neoliberalismo y un accidente en Manhattan, a finales de los 80, que provocó la muerte de un niño, fueron sacando al concreto y metal de los parques. A cambio, fueron invadidos por juegos modulares de plástico, hechos en China: “Son carísimos, seguros, prefabricados, sin novedad. El problema es que el niño se enfrenta al mismo módulo de juego, es la Macdonalización de los juegos infantiles”.

Con información de: https://heraldodemexico.com.mx/artes/cuando-el-arte-llego-a-los-parques/