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Y que el juego comience.
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- Published: 04 Octubre 2017
La noche recién comenzaba, uno de mis amigos me había invitado al bar de siempre por lo que no dude en ningún momento mi asistencia. Ya se que había dicho que no quería más cogi-amigas y está actitud que me cargo no es la mejor opción para lograr mi cometido y conseguir novia pero hay veces que el cuerpo… tiene sus necesidades.
Llegué lo más temprano que pude comenzando a sentir como el alcohol hacia su efecto en mi cuerpo, el ambiente era lo mejor y las chicas, ni hablar, sería la noche pero la verdad es que primero me concentraría en mi mesa y en pasarla genial con mis amigos, no había más, normalmente ellas llegan solas después. Mis movimiento no eran los mejores sin embargo me veía mejor que varios amigos entonces fue ahí cuando mi vista se fijo en la chica que estaba al lado del que parecía ser Noé, estaban muy cerca pero no podía evitar estar muy atento de sus movimientos, sabía como moverse y su sonrisa, carajo su sonrisa… que el juego comience.
Unas miradas entre bailes, una sonrisa de su parte y ya no me quería hacer más el pendejo, me acerque a ella sacándola a bailar
-¿Cómo te llamas?
-Venus…
-¿Venus? ¿En serio?
-No, pero debes investigar mi nombre
-¿Por qué?
-Hace todo más interesante
Bastaron esas palabras para que “Venus” me tuviera toda la noche tras de ella buscando su nombre pero nada, la verdad es que, por ser al parecer prima de uno de mis amigos el respeto venía incluido pero en serio estaba hermosa.
-Por favor, solo tu nombre…
-Al final de la noche, lo prometo.
Llego el final de la noche y mis necesidades básicas se hicieron presentes, tenía que ir al baño, solo la deje unos minutos pero cuando regresé se había desvanecido, maldecí para mis adentros hasta que un amigo señalo la puerta, corrí hacia ella y la vi esperando un taxi, al parecer, si fuera por mi la llevaría a casa pero no parecía el tipo de chica que aceptaría así porque si.
-¿Te vas sin despedirte? – La tome del brazo besándola lentamente sin que pudiera darme una respuesta negativa ante el beso, fue un beso lento, la abrace por la cintura, si por mi fuera no hubiera detenido el momento pero el maldito taxi había llegado por lo que antes de que se fuera decidí darle mi numero en una servilleta con una pulsera de corazón, sabía que el detalle era para mi hermana y que me lo había pedido hace mucho pero este momento ameritaba que se llevara algo que le recordará a mi, además de la decisión de escribirme.
Pero... ¿Qué creen? Nunca escribió.