Para ti, cazador. 

Corre, corre, ¡Corre! Los latidos de mi corazón me asustan, su mirada es penetrante y mi respiración agitada. Lamo mis labios, los muerdo; él me persigue como el león a la oveja y yo decido ser débil, bueno... no lo decido, lo soy. 

Corre, corre, ¡Corre! Su cuerpo esta en contra del mio, su mano recorré mi espalda y mis nervios responden logrando que me haga aun más pequeña de lo que ya me sentía, es demasiado tarde. 

Corre, corre, ¡Corre! Las luces se apagan, trago saliba, me siento vulnerable porque en realidad lo estoy, me estoy mostrando sin represalias por ahora, por hoy. 

Corre, corre, ¡Corre! Nos hacemos uno y me pierdo, nos hacemos uno y me quejo, nos hacemos uno y disfruto. 

Corre... ya no puedo, me atrapo y ahora, solo hasta ahora soy suya, total e idiotamente suya pero él no lo siente y está bien porque él cazador no mata dos veces a la misma presa, porque el león tuvo suficiente con una oveja. 

Y yo... comienzo a correr, me encierro, me siento y ya no soy la misma y él sigue igual. 

Y él no corre 

Y él me quiere 

Y yo no quiero 

Y él se arrepiente

Y yo ya quiero 

Y él no me cree

Y yo corro de nuevo 

Y él no me alcanza

Y quedo vulnerable y quedo ahí, siendo suya en secreto.