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Qué hacer y qué no hacer cuando tienes gripe

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Aunque los primeros síntomas de la gripe puedan confundirse con un resfriado común, dicen los expertos —y quien la ha pasado lo corrobora— que la fase aguda del episodio vírico no deja lugar a dudas: quien está pasando una gripe, lo sabe. Fiebre alta, dolor muscular, cansancio, dolor de cabeza, tos seca... Y así, durante cinco o siete días.

Llegados a ese punto en el que el diagnóstico está más que claro, lo que realmente resulta complejo es superar, de la mejor manera posible y sin contagiar a todo el que se acerque, esa semana de gripe. Qué hacer, qué tomar, qué cosas evitar. El jefe de epidemiología del hospital Clínic de Barcelona, Toni Trilla, señala las claves para sortear, como buenamente se pueda, el episodio vírico.

QUÉ HACER

Ventilar la casa o la habitación donde esté el enfermo. Una buena ventilación de la estancia donde más tiempo pase el paciente con gripe es fundamental para mantener correctamente las medidas higiénicas que recomiendan las autoridades sanitarias. “Si hay aire muy concentrado y no circula, aumenta el riesgo de contagio. La ventilación se lleva las partículas con el virus”, señala Trilla.

Taparse la boca al toser o estornudar. Y a ser posible, con cualquier cosa que no sea la mano. El virus de la gripe se contagia por vía aérea, a través de pequeñas gotas que se expulsan al toser o al estornudar, por lo que es preciso taparse para evitar el contagio de más personas. Los expertos señalan que lo mejor es cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo de un solo uso y luego tirarlo. A falta de esto, mejor la manga del brazo que la mano. “Si te tapas con las manos tienes que ir rápidamente a lavártelas con agua y jabón”, apostilla el epidemiólogo del Clínic.

Beber muchos líquidos. Es imprescindible mantenerse perfectamente hidratado, sobre todo porque el paciente con gripe suele tener fiebre y se deshidrata con más facilidad. Los expertos recomiendan especialmente beber mucha agua, aunque también es saludable ingerir caldos, zumos, etc. “Y no hay que esperar a tener sed, hay que forzarse a hidratarse y beber a menudo”, apunta Trilla, que aconseja vigilar especialmente la hidratación en bebés y ancianos.

Fármacos para paliar los síntomas. Si no hay ninguna indicación específica que diga lo contrario, los únicos fármacos que paliarán los síntomas de la gripe —porque no la curarán de repente— son los antitérmicos para mantener a raya la fiebre, como el paracetamol y los antiinflamatorios. Estos últimos y los analgésicos también funcionan contra el incómodo dolor articular que acompaña al paciente durante todo el episodio vírico. Para la tos, Trilla asegura que “todo vale”, desde remedios naturales como la leche con miel hasta fármacos antitusígenos.

Descansar. “Guardar cama”, dice el epidemiólogo, es lo apetecible en esos casos y lo recomendable, según los expertos. Pero en el lecho, advierte Trilla, hay que estar “confortable”: ni pasar frío ni taparse con muchas mantas. “Si estás muy tapado, generas más calor, que favorece la deshidratación más rápido”, sostiene.

QUÉ NO HACER

Contacto con los demás. En las fases más agudas de la gripe, los expertos recomiendan evitar un contacto cercano con personas no infectadas. De hecho, se considera necesaria una distancia prudencial de 1,5 o dos metros —el recorrido que alcanzan las partículas— entre el enfermo y los demás. “Si alguien duerme a su lado, es mejor que se aleje o duerma en otra cama porque hay más riesgo de contagio”, apunta Trilla. Por descontado, hay que evitar también compartir cubiertos o vasos con el enfermo si éstos no se lavan previamente.

Ir a trabajar. Ni al trabajo, ni al colegio, ni a la guardería, ni a la calle. “Hasta que no desaparezca la fiebre y lleves dos días recuperando, es mejor no ir porque todavía puedes escretar virus y contagiar a más personas”, advierte Trilla.

Ni tabaco ni alcohol. Aunque el imaginario popular sirviese un lingotazo de coñac para apurar el malestar, los médicos desaconsejan el consumo de bebidas alcohólicas. “El alcohol puede ayudar a perder la sensación de frío y de calor, no ayuda a controlar la temperatura corporal”, señala Trilla. El tabaco, si ya es perjudicial en una persona sana, más todavía en un enfermo de gripe. “Los grandes fumadores pierden la capacidad de usar unos mecanismos de defensa que hay en los pulmones para expulsar las partículas del virus al exterior. Así, es más fácil que lleguen los virus a los pulmones”, alerta el epidemiólogo.

Tomar antibióticos. Los facultativos son tajantes: “el antibiótico es inútil ante el virus de la gripe”. La gripe es una infección vírica y estos fármacos sólo funcionan con infecciones bacterianas. Trilla explica que si un médico receta antibióticos a un paciente con gripe es para tratar “posibles complicaciones” detectadas. “Si el médico ve que un paciente lleva más de 10 días con fiebre o que la infección vírica puede haberse complicado con una infección bacteriana, una bronquitis por ejemplo, se puede dar antibiótico. Pero hay que tener en cuenta que se da para tratar posibles complicaciones cuando aparecen, no por si acaso”, matiza el epidemiólogo.

Usar pañuelos textiles. Por una cuestión de higiene, los médicos recomiendan recurrir a los pañuelos de papel, de un solo uso, durante estos episodios víricos. En los pañuelos textiles, los mocos se quedan impregnados y son un foco de contagio mayor. Lo mejor es emplear pañuelos desechables.

Gracias a El País, de ahí tomamos prestada/robada esta información.