¿Feliz?

A pesar de los problemas que agobian a la economía nacional, en comparación con otros países los mexicanos tienen mucho por lo que dar gracias.

De acuerdo al último estudio realizado por Bloomberg, México ocupa el puesto número 23 de 51 países listados de acuerdo a su índice de miseria.

Este indicador económico es utilizado por los especialistas como un parámetro para medir el nivel de felicidad de los consumidores.

El índice de miseria se basa en las tasas de inflación y desempleo bajo la suposición de que un bajo nivel de empleo  y alta inflación generan costos económicos y sociales para el país. Entre más bajo sea el índice de miseria, significa mejores condiciones para los consumidores del país.

Los nuevos estudios indican que México tiene un índice de miseria de 7.9, de acuerdo con Bloomberg. Entre el resto de los 51 países analizados, Suiza, Japón y Corea del Sur se pelean los lugares por la posición del más feliz.

Más allá del nivel de felicidad, el índice para México representa un obstáculo más para recuperar la confianza del consumidor que el país necesita.

El consumo privado representa casi el 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, por lo que tiene un gran impacto en el crecimiento. De acuerdo con el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) publicado por el INEGI, el consumo en México ha crecido a una tasa anual promedio de poco más de 2 por ciento desde el 2008.

Estimular el consumo impulsaría el crecimiento de México y nos convertiría en menos dependientes de las exportaciones. Esto resultaría en menos vulnerabilidad ante las presiones externas como la debilidad económica de socios comerciales.

Mejorar las tasas de desempleo e inflación son clave para que este consumo que tanto necesitamos se convierta en realidad. No obstante, mejorar el índice de miseria no es la panacea.

El índice no lo es todo

A pesar de ser un buen indicador acerca de las circunstancias económicas que enfrenta un país, el índice de miseria no evalúa todas las variables que conforman la felicidad de un individuo.

No es de extrañarse que poblaciones que sufren malas condiciones de vida lleguen a posicionarse en los rangos más felices del índice de miseria. Tal es el caso este año de Tailandia, país que ocupa el primer puesto entre los más felices con 1.6 en su índice de miseria.

Aunque el desarrollo del país asiático está muy lejos de las naciones del primer mundo y actualmente vive inestabilidad social debido a un golpe de Estado llevado a cabo el año pasado por el ejército, también cuenta con una inusual tasa de desempleo por debajo del 1 por ciento con un baja inflación.

Este tipo de discrepancias surge por las limitaciones que tiene el índice al medir únicamente desempleo e inflación. Sin embargo, su descripción de la felicidad de los consumidores en otros países es más atinada.

Las economías con peor índice son Venezuela y Argentina. El primero registra un índice de miseria de 86.5 y el segundo de 32.

Los gobiernos de ambos países latinoamericanos se han enfrentado en los últimos meses a protestas masivas debido a la precaria situación económica. Los dos países tienen tasas de desempleo superiores al 5 por ciento, mientras que la inflación en Venezuela supera el 68 por ciento y el Argentina el 16 por ciento.

Con información Tomada/robada de Reporteindigo.com/indigonomics/medio-felices