Para las personas inmersas en el cine contemporáneo y experimental, inmiscuido en temas como las drogas y la muerte, “Entrar en el vacío” se convierte en una de esas películas que no puede pasar desapercibida.

Estrenada en el año 2009, esta obra escrita y dirigida por el cineasta Gaspar Noé, nos adentra en la vida de Oscar. Un joven estadounidense que se la vive en los ambientes de clubes nocturnos de la ciudad de Tokio, en Japón.

Sustentándose a sí mismo por la venta de drogas, a pesar de los consejos de su hermana Linda y su amigo Alex, Oscar no tardará en meterse en problemas. Y es aquí, cuando su muerte da un giro a la historia, convirtiéndose en una pesadilla psicodélica desde la perspectiva de un espíritu flotante, que no hace más que observar las desgracias futuras de sus seres queridos.

Visualmente impresionante y seductora por el papel que juegan los colores, las luces neón y los efectos visuales, esta película además es protagonizada técnicamente por planos secuencia desde una perspectiva subjetiva y en gran parte con tomas picadas y cenitales.

Cabe destacar, que esta película al igual que su obra más reconocida de Noé, “Irreversible” no es contada de forma lineal. Juega con el orden de la historia, donde además no faltan los flashbacks para poder entender mejor la vida de estos personajes.