Fuente: IMCINE

El director ofreció una clase magistral en la Cineteca Nacional

Hizo un recorrido por su carrera y destacó la conexión con el público

“Creo que la verdadera Época de cine de oro es esta. Estamos haciendo o están haciendo, por no sonar muy soberbio, mucho mejor cine que el que se hacía en esa época. (...) Yo le voy más a lo que se está haciendo ahora y cuando digo ahora me refiero a desde Sólo con tu pareja, pasando por Amores Perros y demás.”

Así lo dijo el director Michel Franco, tres veces ganador en el Festival de Cannes, en la Master Class ofrecida la noche del miércoles 28 de junio en la Cineteca Nacional. En el evento organizado por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), el también productor realizó un recorrido por su carrera y respondió preguntas de los asistentes.

Con sala llena, Franco expresó que en sus inicios como director creía que “hacer una película estaba condicionado a hacer algo muy comercial. Yo pensaba que uno estaba obligado a pensar solamente en cuánto vendía la película”. Visión que cambió al idear su cinta debut: Daniel y Ana (2009), que lo inició en Cannes, donde compitió en la Quincena de los Realizadores.

“Si en el mundo se filman mil películas, o no sé cuántas óperas primas por año, ¿cómo haces para sobresalir? (...) Pensé que tenía que hacer una ópera prima con mucho carácter, con un estilo muy propio, que no pasara desapercibida y por eso Daniel y Ana la filmé casi sin música, con planos fijos y muy abiertos, sin close up. La historia es bastante fuerte.”

Sobre establecer un estilo, Franco apuntó que el suyo surgió al tratar “de hacer películas con los menos filtros posibles y usando las menos fórmulas posibles. Buscar una manera muy personal de acercarme.” Lo mismo que con los presupuestos: “que las películas cuesten lo menos posible, para tener más libertad y para exponerte menos.”

Con esa reflexión en mente, el mexicano ideó junto con su hermana Victoria, la cinta A los ojos (2013). Sin guion y con un presupuesto mínimo, la película tomó dos años de filmación, tiempo en el que el cineasta realizó el filme que impulsó su carrera: Después de Lucía (2012).

Protagonizada por Tessa Ia, la cinta sobre bullying ganó la sección Una Cierta Mirada. A su regreso a México, “la película se vuelve un manifiesto contra el abuso escolar, cosa que yo nunca calculé e increíblemente sale a muchas salas y la ven cientos de miles de personas. (...) Siempre me ha sorprendido mucho el aprecio a mi cine. No porque yo lo valore poco, (sino) porque es un ejercicio tan personal e íntimo”, señaló el también guionista.

Y el aprecio llegó con la propuesta de trabajo de Tim Roth, quien presidió el jurado que le entregó el galardón. En 2015, el actor británico protagonizó Chronic: El último paciente, que obtuvo el premio al mejor guion en Cannes. “Cuando sí funciona el cine es muy generoso, cuando no funciona es un desastre total”, expuso el cineasta.

Chronic representó su debut en el mercado norteamericano y también repensar en la dirección de su carrera. Su siguiente película, Las hijas de Abril (2017), se pensó para una actriz estadounidense con un Oscar, pero Franco tomó otro rumbo para el proyecto: “A mí me sabía raro emprender, seguir con esta carrera en Estados Unidos, que no es mi país.”

La decisión funcionó y con Emma Suárez como protagonista, la película llegó a Cannes y Franco de nuevo ganó la competencia Una Cierta Mirada. “El mensaje no es ‘siempre hay que ir contracorriente’, pero si tú estás seguro de lo que tienes que hacer, hazlo y si te equivocas no pasa nada. Yo me he equivocado muchísimas veces, pero cuando tienes que hacer algo, incluso para aprender que es una mala idea, lo tienes que llevar a cabo”, declaró.

Sobre los finales sorpresivos que caracterizan su filmografía, el cineasta explicó: “prefiero aventurarme a exagerar, a empujar a mis personajes al límite, que simplemente dejar al público en algo muy plano. (...) Yo no trato de hacer películas que sólo pasen por la cabeza, deben pasar por las emociones, la cabeza y por la tripas, por todos lados.” Dijo no estar interesado en la perfección y sí en el cine incompleto: “La vida es así. En la vida uno nunca termina de comprender lo que uno mismo hizo.

“Creo que ya encontré un equilibrio. No es la película de 2 millones de pesos, tampoco son los muchos millones que cuesta filmar en Estados Unidos. Estoy en mi país (...) y me encuentro en una posición en la que me tengo mucho apoyo”, concluyó el director.

Las hijas de Abril, continúa exhibiéndose en salas.

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