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¿Conocías estos datos sobre la caravana migrante?
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- Published: 08 Noviembre 2018
- Por Diletta Blue
Ficción: Si México o Estados Unidos no devuelven o detienen a las personas, llegarán más.
Realidad: Hay pocas pruebas que indiquen que el aumento de las restricciones fronterizas tenga algún efecto sobre si la gente se marcha o no de su país.
En muchos casos estamos hablando de personas que no tienen más elección que marcharse de su casa y de personas que seguirán intentando encontrar un lugar seguro para vivir a pesar de las políticas de México, Estados Unidos o cualquier otro país que pueda ser más seguro que el suyo.
Estas son algunas de las condiciones que impulsa a una persona a huir o a marcharse de su país:
- la violencia
- la extorsión a manos de grupos de delincuencia organizada
- la ausencia de protección de sus gobiernos
- la precariedad de las condiciones de vida que deben soportar
- el cambio climático
La forma real de frenar el movimiento de miles de personas contra su voluntad es reclamar a sus gobiernos y a quienes colaboran con ellos que busquen formas de proteger los derechos humanos de su población.Honduras, por ejemplo, es un país con una de las tasas de asesinatos más altas de Latinoamérica y del mundo. Su tasa de asesinatos es un 800% más alta que la de Estados Unidos.
Ficción: Las personas de la caravana sólo quieren ganar más dinero y quitar el trabajo a los ciudadanos y ciudadanas de los países a los que llegan.
Realidad:Aunque la pobreza es un problema importante y puede que afecte a la decisión de marcharse de Honduras y de otros países, las razones para irse suelen ser más urgentes que las meramente económicas e implican decisiones de vida o muerte.
Muchas de las personas que se han ido de Honduras en los últimos días buscan un lugar más seguro para vivir. Ello se debe a que su vida podría estar en peligro porque han recibido amenazas de muerte directas o han sido agredidas por decir “no” a grupos delictivos violentos que suelen extorsionar a comerciantes, conductores de autobús y vendedores callejeros de periódicos, o reclutar a la fuerza a niños y niñas.
Ficción: Los miembros de la caravana representan una amenaza para la seguridad de México o de Estados Unidos
Realidad: No hay nada que indique que la llegada de familias, caravanas o personas solicitantes de asilo o refugiadas esté ligada a un aumento de la tasa de criminalidad ni en México ni en Estados Unidos.
Por el contrario, hay numerosos estudios en Estados Unidos que demuestran que las zonas que han recibido el mayor número de personas migrantes y refugiadas tienen en general las tasas de criminalidad más bajas del país. En el caso de México, parece que no hay pruebas publicadas que hayan relacionado la llegada de personas de Centroamérica con cambios en las tasas de criminalidad del país.
Además, en la caravana viajan centenares de niños y niñas con sus familias. No estamos hablando de grupos poderosos o de amenazas para la seguridad; estamos hablando de personas con necesidades reales: mujeres y hombres conductores de autobús, estudiantes, adolescentes, comerciantes, vendedores callejeros de comida.
Ficción: No se debería permitir la entrada de personas que esperan pedir asilo cuando llegan a la frontera sur de Estados Unidos
Realidad: Esto no es así. Según la legislación estadounidense y el derecho internacional, cualquier persona que busque asilo en un puerto de entrada a Estados Unidos debe ser recibida, autorizada a solicitar asilo y remitida a una autoridad de asilo para que se estudie su solicitud.
Si las autoridades estadounidenses devuelven a estas personas desde la frontera estarían infringiendo la ley. Devolver a personas a situaciones en las que su vida o su seguridad podrían correr peligro no es sólo cruel, sino ilegal.
Durante el paso de la caravana por México, las autoridades de este país deben proteger a las personas que huyen de una situación de peligro y garantizar los derechos de todos los integrantes de la caravana, lo que incluye no detener a niños y niñas solicitantes de asilo ni separar familias. Cuando la caravana llegue a la frontera con Estados Unidos, las autoridades de este país tienen las mismas obligaciones.