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Las toallas femeninas son improvisadas en los reclusorios
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- Published: 14 Enero 2020
Viridiana descubrió que en la prisión hasta un calcetín sirve como toalla durante la menstruación; Isabel se aísla cada que menstrúa y no hay agua en la cárcel; Abigail aprendió que cualquier pedazo de tela es valioso para la regla. Las tres mujeres descubrieron que en las cárceles de México el derecho a la higiene menstrual no existe.
Según diversas entrevistas con mujeres que están o han pasado por la cárcel y con cuestionamientos vía transparencia, las autoridades no otorgan insumos para el periodo menstrual, por lo que las reclusas dependen de las visitas familiares para tener toallas o tampones o para comprarlos adentro.
“En el Cefereso de Morelos yo tenía hemorragias por mala alimentación y pérdida de peso. Primero perdí la regla, pero cuando volvió era muy abundante. Yo no tenía tienda, porque no tenía depósito. ¿Qué podía hacer? Usar calcetines como toallas.
“Me da tristeza, porque yo recordaba cómo afuera dejaba la toalla por ahí y en ese momento la necesitaba.
“Nos daban cuatro calcetines: dos cafés y dos blancos, pero luego se acababan, porque el cambio de uniformes era cada medio año”, narra Viridiana, quien tiene 30 años y salió de prisión en 2019.
De acuerdo con ella, en la prisión federal de Morelos, un paquete de toallas nocturnas costaba hasta 80 pesos; sin embargo, en tiendas regulares se encuentran entre 25 y 60 pesos.
La higiene menstrual es un derecho humano, según diversas organizaciones internacionales, como Human Rights Watch y Wash United, que subrayan que se trata de una base para garantizar la equidad de género.
En México existe poca información sobre el derecho a la higiene menstrual de las mujeres privadas de la libertad. A través de los órganos de transparencia, la Secretaría de Salud (Ssa) federal afirmó que no cuenta con información sobre compras de toallas sanitarias para la menstruación que se destinen a cárceles femeninas.
Se buscó al Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social para una postura sobre el tema, pero no se recibió respuesta.
En el consultorio médico del penal de Cieneguillas, las autoridades presumen una camilla con pierneras para las atenciones ginecológicas. En la botica, una enfermera muestra los anticonceptivos y medicinas para infecciones vaginales; mientras señala un paquete de apósitos cuadrados, dice que para la menstruación entregan cinco al día, aunque en el empaque se lee “Material de Curación para Heridas”.