Visión Feminista acerca de la menstruación.
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Hablar de la menstruación es importante porque ayuda a desmontar la cultura de la vergüenza y de la desinformación que han existido desde hace miles de años. Intercambiar información, ideas y experiencias sobre la regla puede ser un momento de empoderamiento increíble.
En On female body experience, Iris Marion Young impulsa a las mujeres a empoderarse, salir de la opresión del “closet menstrual” en dos sentidos, 1 el de lidiar entre las propias necesidades y las instituciones, es decir, (escuelas, trabajos, etc). Otra, la experiencia de vivirse como desagradable. Porque, en sociedades donde se reclama el derecho y la igualdad social de la mujer y el hombre, la relación con la menstruación parece contradictoria pues hay reglas prácticas, como: no se habla con cualquiera, y cualquier signo de estar menstruando debe ser escondido.
El derecho sobre nuestro cuerpo, es también un derecho a la información y a la intimidad. Es inevitable hoy, cuestionar cualquier sentido que haya sido puesto y se ponga sobre el cuerpo femenino. Es mucho más que entender, es tomar conciencia de la salud sexual y reproductiva. Volver a cuestionar toda actitud, pensamiento y emoción que penalice la naturaleza femenina del cuerpo. Cada mujer debe repensar y desmitificar la menstruación.
Necesitamos trascender la visión de un cuerpo femenino y recuperar una menstruación más natural y menos normalizadora. Devolverle su verdadera naturaleza, sólo dará más libertad.
La naturalización de la menstruación no es un trabajo sólo de las mujeres. Los hombres deberían dejar de asociar el mal humor con el período, ya que el único efecto es un sentimiento de vergüenza en ellas. Aparte “Nadie habla del tema porque nadie pregunta y esto sucede porque los hombres no tienen interés porque no es su cuerpo. Las mujeres no se animan a preguntar porque sería tener control sobre nosotras mismas, y ya sabemos cómo está visto eso por el patriarcado”.
Tampoco hay una regulación rigurosa acerca de los tóxicos que contienen productos de supuesta higiene. Pocas asociaciones de mujeres han investigado al respecto, encontrando químicos que afectan directamente el sistema endócrino. Una encuesta epidemiológica realizada en 10 países de Latinoamérica por el Grupo MASIM (Médicos Unidos por la Salud Integral de la Mujer), reveló que el 40% de las pacientes encuestadas tenían vaginosis bacteriana, asociada a los hábitos higiénicos y prácticas sexuales. Descubrieron factores de riesgo como el uso del tampón. Se ha estudiado que la utilización prolongada de tampones puede provocar un shock tóxico. Una enfermedad poco estudiada, que se llevó la vida de Maëlle, una adolescente de 19 años en Bélgica. En consecuencia, crearon la fundación Don’t shock me, con la intención de concientizar acerca del peligro de usar tampones. En muchos países no se explica en el envase del producto, los riesgos y los químicos que contiene. Es un derecho saber qué contiene.
El sistema de consumo patriarcal abusa de la inseguridad y vergüenza de la mujer. También se soportan las burlas, amenazas y “consejos paternales” que en las consultas ginecológicas suceden.
En los últimos años ha nacido una revolución feminista donde las mujeres, hartas de que se demonice algo tan natural como tener la regla, han comenzado a practicar el sangrado libre para ser libres y así dar mayor visibilidad al tema para acabar con los prejuicios en torno al periodo.
Esta revolución para naturalizar la regla. Trata de no utilizar ninguno de los productos de higiene íntima usuales -tampones, compresas, copas…– para retener la regla, sino dejar que la sangre fluya libre. De primera puede que parezca una locura, pero lo cierto es que no es nada nuevo. Montse Iserte, psicóloga y sexóloga que practica el sangrado libre, asegura que aunque las mujeres lo han llevado a cabo desde siempre, fue en la década de los 70 cuando el hábito de dejar fluir la sangre de forma natural tomó fuerza en el movimiento feminista empoderador, nacido como protesta a raíz de la aparición de algunos casos del síndrome del shock tóxico asociado a los tampones.
Darnos cuenta de que utilizar o no productos de higiene íntima no se trata de una elección, sino en muchos casos de una imposición: “Cuando a las niñas les viene la regla, casi nunca tienen la opción de que alguien les diga que pueden sangrar de forma libre y natural, sino que automáticamente les dan una toalla íntima”.
“Un sector que está haciendo mucho por visibilizar el sangrado libre, son algunas deportistas de élite que han comenzado a sangrar libremente”. Una de ellas fue la corredora Kiran Gandhi durante la maratón de Londres de 2014.
¿Cómo y cuándo practicarlo?
Hay mujeres que tan solo lo practican en casa o aquellas a las que las que no les importa que la gente vea sus pantalones manchados, ya que consideran que es algo natural y que no tienen necesidad de esconderlo.
En el caso de Iserte asegura llevar practicándolo desde la adolescencia, al principio sin tener plena consciencia pero contrayendo los músculos de la vagina se dio cuenta de que haciendo eso era capaz de ‘vaciar’ su útero a la vez que retener la menstruación”. Ahora asegura que es capaz de retener su regla entre dos y tres horas, que intercala con idas al baño donde expulsa su periodo a través de las contracciones musculares y sin apenas mancharse. No obstante, entiende que esta técnica no es apta para todas las féminas, puesto que cada una tiene sus circunstancias. Tal vez puedas empezar en casa a través de ejercicios que pueden ayudar a contraer la menstruación y hacer menor uso de productos de higiene íntima. Esto no es una imposición, es una opción más para quienes de nosotras guste practicarlo.
Fuente: tribunafeminista.elplural.com