"Camino a Marte" un filme extraño y entretenido
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Camino a Marte es una película de ficción mexicana, estrenada en el 2017 y dirigida por el también mexicano Humberto Hinojosa quién debutó en la industria cinematográfica en 2009 con Oveja Negra, para luego seguir con una romántica ligera llamada I hate love en el 2012 y en 2016 entregó un thriller muy bien aceptado por el público, Paraíso perdido.
En este, su cuarto largometraje nos encontramos con una road movie con tintes apocalípticos cuyo título puede evocar a ciertas comedias cliché, pero que en realidad provoca el engaño y permite sorprendernos mientras descubrimos que se trata de una peculiar propuesta narrativa .
Arturo Magaña, de Cine Premier la describe así: “Aquí no estamos frente a una típica comedia romántica mexicana, sino frente a una mezcla de un drama con una feel good movie, que coquetea muy discretamente con la ciencia ficción, únicamente para sostener su argumento durante toda la historia y reforzar el lazo de amistad y solidaridad entre sus tres protagonistas.”
Camila Sodi (Niñas mal, El placer es mío, Compadres), Tessa Ia (Después de Lucía, Los Adioses) y Luis Gerardo Méndez (Club de cuervos, Tiempo compartido), nos sumergen en la historia de dos amigas, Emilia y Violeta que huyen para que una de ellas pueda tomar las riendas de su destino y morir en libertad e independencia. En el camino, Mark, un extraterrestre con aires de profeta y con una importante misión que cumplir, se les une y les revela que el sentimiento terrestre que denominamos “amor” nos ha convertido en una raza prescindible y estorbosa.
Esta premisa nos recuerda a filmes como Donnie Darko (2001) y Buscando un amigo para el fin del mundo (2012) en donde, ante la inminente desaparición total, las crisis existenciales se apoderan de la realidad y reflejan la decadente normalidad en la que vivimos sumergidos. Los personajes se encuentran repentinamente desesperanzados y angustiados ante la posibilidad de no hallar el sentido de la brevísima experiencia humana y en ese momento, juntos, con la existencia entera reducida a su compañía, consiguen dilucidar algo, mientras lo inevitable se acerca cada vez más.
El ambiente y la fotografía, saturados de los colores ocres y rojizos del desierto bajacaliforniano diluye la distancia entre este planeta y el rojo y disgrega también el viaje que Emilia y Violeta comparten, mientras Mark, con silencios llenos de certeza, a la manera de Bowie en El hombre que cayó a la Tierra (1977), les desbalancea la amistad y les hace preguntarse (igual que a nosotros como espectadores también) si la línea entre la verdad y la mentira es tan clara como aparenta o si más bien se trata de una ola azul golpeando y separando los granos de arena en la playa de nuestra consciencia.
Camino a Marte es un filme entretenido, ligero y que bien puede disfrutarse en solitario o en pareja. Provoca sentimientos alegres pero también nostálgicos y de angustia, además de por lo menos un par de escenas de verdadero miedo ante peligros cotidianos en una carretera. El triángulo formado por Ia, Sodi y Méndez lo encontré fluido y muy bien orquestado, por lo que bien vale el tiempo invertido en una propuesta audiovisual que algunos pueden encontrar convencional, pero que reafirma la producción de guiones que no lo son en el cine mexicano contemporáneo. Camino a Marte, lo encuentras disponible en Netflix Latinoamerica.