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Perseguir el machismo funciona: este festival ya invita a más escritoras que escritores

En tres años, el Festival Internacional de Literatura de Paraty, el más importante de Brasil, ha pasado de contar con un 15% de escritoras a más de un 50%

 

Noticia, sorpresa y perogrullada: perseguir el machismo sirve para combatirlo.

Tan simple y tan cierto como eso. Tan verídico como que, después de recibir una gran cantidad de críticas en años anterioresel Festival Internacional de Literatura de Paraty ha pasado de tener en 2014 un 15% de mujeres como participantes a tener en 2017 más de un 50%.

Este viraje en la programación de uno de los festivales literarios más importantes de Brasil es responsabilidad de la nueva comisaria: la periodista brasileña Joselia Aguiar, quien sustituye a Paul Weneck, comisario durante los tres años anteriores.

El estreno de Aguiar como máxima responsable coincide con dos hechos: una reducción del presupuesto y el decimoquinto aniversario de la feria.

Y qué mejor conmemoración que esta forma de visibilización en materia de igualdad y no sólo desde un punto de vista cuantificable. La feria también tiene un componente feminista en su contenido: “Además de una programación que incluye más mujeres como expositoras, muchas de las mesas de debates están pensadas a partir del punto de vista femenino”, ha señalado Aguiar.

Algunas de las mujeres invitadas son la chilena Diamela Eltit, la española Pilar del Rio, la ruandesa Scholastique Mukasonga, la sudafricana Devorah Levy o la argentina Leila Guerriero.

Ha sido precisamente Guerriero quien se ha pronunciado sobre la novedad del festival: “La calidad literaria no se mide por géneros: las voces, masculinas o femeninas, valen por su calidad, no por sus genitales.Llegará un momento en que los empujones ya no serán necesarios. Pero ahora, sin embargo, son. Los celebro con entusiasmo”.

También es motivo de celebración la presencia de más escritores negros. Siendo Brasil un país con una alta tasa de población negra, hacía tiempo que existía la petición de una muestra social más representativa de los ciudadanos brasileños.

Y, aunque apenas representa un 25% de los escritores invitados, las ideas que se promueven están ligadas a este concepto: el autor homenajeado es el brasileño Afonso Henriques de Lima Barreto, hijo de una exesclava y autor de Triste fim de Policarpo Quaresmo. Henriques siempre mostró en sus obras una fuerte sensibilidad hacia temáticas sociales como la desigualdad.

Además, uno de los grandes atractivos del festival es el encuentro entre Marlon James y Paul Beatty, ganadores del Man Booker Prize en 2015 y en 2016 respectivamente y ambos negros. También han lanzado un catálogo que revela la producción de 120 mujeres negras en 12 campos de actuación, más allá de la literatura o la producción académica.

El festival, que empezó ayer y terminará el domingo, se espera que sea ejemplificador en términos de actividades inclusivas. Aguiar señala: “Esperamos que el aumento de autoras y autores negros en la programación sea el punto de partida y que la Flip pueda influir no sólo otras programaciones literarias en Brasil sino también el propio mercado editorial”.

Las iniciativas llevadas a cabo por el Flip constatan una evidencia : la inclusividad puede ser una característica de un festival sin ser un leitmotiv. No se intensifica ningún tipo de rivalidad. Ni entre géneros, ni entre razas. No se radicalizan posiciones.

El Flip es la muestra de que perseguir una situación de desigualdad es uno de los primeros pasos a dar para revertirla.

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