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Atardecer IV

A

 

Creo que les deje de hablar al menos 3 semanas y no fue porque no quisiera hablarles pero en serio sentía muy feo hacerlo, no sabía como comportarme y mucho menos que decirles porque la manera en la que me enteré no era planeada ni por mi, ni por ellas; pero me arme de valor solamente con Atalía, en todo caso mi coraje con ella era menos que con Maika.

-Y entonces leí los mensajes, no todos pero supe lo que dijeron sobre mi.

-Yo… no se que decirte.

-Que estuvo mal, Atalía, te dejaste llevar por lo que Maika dijo y no escuchaste mi parte de la historia, ustedes sienten que presumo o juzgo cada que les digo algo, pero es así como lo sienten ustedes no como en verdad es… no entiendo que es lo que paso.

-Tienes razón y te debo una disculpa, no debí de haberle seguido el cuento a Maika pero me enoje en el momento, no pensé en que tu tendrías algo que decir, pero ahora que lo escucho, comprendo.

-Se que estamos en distintos canales, no te gusta la fiesta, prefieres cosas más tranquilas pero debemos aceptar a respetar como esta llevando su vida la otra persona, sin importar que haga, la cuestión es apoyarnos y estar feliz por sus logros, no mezclar la envidia porque en una amistad no debería existir.

-Se que no, se que tienes razón, se que estuvo mal y te prometo que no volverá a pasar, la próxima vez que tenga algún comentario sobre ti, te lo diré a ti y a nadie más pero espero que tu hagas lo mismo.

-Lo haré y si Maika llega con alguna de las dos a tratar de criticarnos la paramos en seco, no es que no la escuchemos, sencillamente no criticamos a la otra como ella lo hace.

-Trato.

Estuve más calmada después de hablar con Atalía, con ella hasta cierto punto era todo más sencillo porque como ya lo había dicho antes, entraba en razón y tenía más corazón que nosotras, por eso también sentía que su disculpa era genuina. Había algo en Atalía que me aseguraba que era una buena amistad, habíamos pasado por muchas peleas y todas las habíamos resuelto tranquilamente hablando, esa era la diferencia, que con ella podía hablar, tal vez no siempre estaríamos de acuerdo pero ella lo respetaba, una vez me dijo que evidentemente había cosas de mi que no le gustaban, como a mi de ella pero que teníamos que aprender a lidiar con ellas e incluso agarrarles cariño, eso pasaba con las dos… no había cosa que Atalía no supiera, sabía que no me encantaba su elección de hombres y que tampoco me gustaba como era cuando tenía novios, sabia que alguna vez me sentí opacada por ella, infinidad de cosas que aunque tal vez alguna vez las mencione con Maika ella las sabía, creo que esa fue la diferencia; que ni Atalía ni Maika habían venido a decirme lo que no le gustaba de mi, principalmente Maika, les fue más fácil decirlo entre ellas que a mi pero bueno, el punto de todo esto es que con Atalía las cosas estaban bien, lo habíamos resuelto como siempre y una vez más nos habíamos aceptado por lo que éramos.

No soy una persona rencorosa, en el momento en donde escuche el “lo siento” honesto de Atalía le creí pero por parte de Maika sería todo mucho más complicado, tanto por su forma de ser como de la mía, ir a hablar con ella como lo hice con Atalía implicaba un esfuerzo extra.