Entre la multitud te haces sobre salir;

hermosa como el jazmín,

con tu velo blanco te veo venir,

desde que te conocí no sé qué hacer sin ti.

No te puedo olvidar,

eres la mujer de mis sueños,

te imploro perdón, pero mi corazón no lo quiere evitar.

Estoy agradecido con Dios por esta enorme dicha,

ahora entiendo que valió la pena cada epifanía.

Te prometo amarte sin importar el lugar,

añorando mi alma esta por volverte a encontrar.

Un misterio sin duda, como un mapa del tesoro,

te encontraré amada mía,

aunque sea mi único logro en vida.

Te conozco, es verdad,

pero mi alma por ti volverá a amar,

pronto nos encontraremos de nuevo, para caminar juntos al altar.

Te prometo respetarte, estar contigo en la salud y en la enfermedad,

en la riqueza y en la pobreza,

ni la muerte misma se interpondrá, a pesar de dicha agonía.

Sobre los riscos más altos gritaré: “¡¡..TE AMO..!!

De aquí al cielo y de regreso,

pero sin ningún miedo lo niego.

Te sueño en cada verso, te añoro y busco tu regreso;

si hubiera vivido más, no estuviera en un abismo infernal.

- Lupita Mejía