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Débil (Parte 5)

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<< 6 Años después >> 

Nueva York era mi ciudad favorita, mi trabajo era el mejor y me gustaba llegar a él pero no la verdad es que mi momento favorito del dia era esté; un café caliente con un buen libro en mi cafetería favorita esperando que dieran las 10 de la mañana para encaminarme a la compañía que quedaba aproximadamente a unas 4 cuadras. Tome un sorbo de café saboreándomelo mientras pasaba la página de mi libro, ya había leído muchas veces este libro pero no me cansaba de hacerlo, venia mi parte favorita "Si perecieran todas las demás cosas pero quedara él, podría seguir viviendo. Si, en cambio, todo lo demás permaneciera y él fuera aniquilado, el mundo se me volvería totalmente extraño y no me parecería formar parte de él"  Cumbres Borrascosas había sido el primer libro que me había regalado Tomás porque pensó que me gustaría y acertó, existieron muchos libros que me gustaron pero ninguno con mi favorito. 

Mi alarma sonó, era hora de volver a la realidad así que tomé todo lo que estaba en la mesa, cargándolo en manos comenzando a caminar hacía la compañía pero me era muy estorboso así que comencé el fallido intento de acomodar todo en mi bolsa sin mirar enfrente por lo cual tropecé con un hombre dejando caer todo al suelo. 

"Lo siento mucho, no he visto por donde caminaba" Dije mientras recogí todo, al pararme le sonreí amablemente pero el no hizo nada, fruncí el ceño tomando mi libro que estaba bajo sus pies siguiendo mi camino, que mal educado ni siquiera me ayudo a recoger las cosas pero por alguna razón se me hacía familiar.  

Llegué a la oficina saludando a todos, me metí a mi oficina comenzando a ver los pendientes del día mientras jugueteaba con una pelota anti estrés cuando me vi interrumpida por mi secretaria. 

-Alicia, tienes que ver las contrataciones el día de hoy para la bacante en mercadotecnia, 

-¿Ahora, ya? 

-Sí, ya han llegado

-Que pase de uno en uno 

-Está bien 

Como odiaba ser la encargada de recursos humanos en estos aspectos, tener que decidir sobre quién se queda y quien no me hace sentir mal, no soy quien para hacerlo pero no había de otra. El protocolo era repetitivo en cada una de las entrevistas hasta que vi el siguiente archivo y reconocí su apellido, mi corazón comenzó a palpitar fuertemente cuando vi entrar en la puerta de mi oficina a su hermano. 

-Alex, que gusto- Me paré abrazándolo fuertemente. 

-Alicia, te ves fantástica, en verdad. 

-No sabía que estabas aquí buscando trabajo, debiste llamar para vernos o algo por el estilo 

-Bueno, no sabía que seguías aquí pero es bueno saberlo

La entrevista continuo como cualquier otra, Alex siempre había sido bueno para mercadotecnia y su currículo no era malo, ya lo consideraría después pero me dio mucho gusto verlo aunque a la vez la curiosidad me consumía por saber de Tomás. 

-Alex ¿Puedo preguntarte algo antes de que te vayas? 

-Claro, lo que sea para complacer a la jefa. 

-¿Cómo está? 

-Bien, está muy bien, ha puesto su propia librería en Pachuca, se fue para allá con Amelia

-¿Se casó con ella?

-Sí pero lamentablemente falleció hace 3 años, estaba muy enferma pero los dos fueron muy felices juntos, además le dejo el mejor regalo que pudo dejarle a Tomás, la pequeña Ali

-¿Fue papá?

-La adoptaron un año antes de la muerte de Amelia pero para Tomás lo es todo

-Me imagino

-De hecho me está esperando en una cafetería a unas cuatro cuadras de aquí, tenía que venir a ver unas cosas de la adopción de Ali aquí está en esa cafetería  que es poco conocida pero de las mejores o eso me dijeron pero... no recuerdo el nombre 

-¿Coffe Stop? 

-Justo esa 

Me quede callada mientras acompañaba a Alex a la puerta y lo despedía, no había reconocido a Tomás, ni el había reconocido mi voz, después de nuestro último encuentro me empeñe tanto que ni siquiera logre reconocerlo, me dolió el enterarme que ninguno de los dos logro nada cuando antes sabia hasta como era el sonido de sus pisadas, trague saliva y cerré los ojos pero me vi interrumpida por el sonido de mi puerta. 

-¿Y hoy vas a comer conmigo, amor? - Solo sentí como André me tomaba por la cintura dándome un beso en los labios con cariño. 

-Como siempre, cielo 

-¿Estas bien? 

-Lo estaré 

-¿Ya sabes a quien contrataras? 

-Robert, se llama Robert

-Seguro escogiste al mejor

-Lo hice 

Moría por decir el nombre de Alex pero sabía que eso significaba traer de nuevo a Tomás a mi vida, una vida en la que ya no era bien recibido.