Masculinidad Frágil.

  • masculinidad frágil
  • ¿QUÉ ES LA MASCULINIDAD FRÁGIL?

La masculinidad se define como el conjunto de atributos, valores, comportamientos y conductas que son característicos del hombre en una sociedad determinada. Actualmente se cuestiona la presencia de un hombre universal, ya que actuar como hombre varía de acuerdo con el contexto histórico, social, cultural, etcétera. Reconociendo que cada persona aprende de manera distinta a ser hombre o mujer, es válido afirmar que existen muchas formas de ser hombre, ya que en cada cultura se encuentran presentes mecanismos y códigos aprendidos que soportan y explican esta diversidad.

Asociamos la masculinidad con el hombre de una manera tan fuerte que cualquier cosa que despierte una posible cantidad de feminidad dentro de un hombre ponen en cuestión su masculinidad.

La fragilidad de la masculinidad radica entonces en uno de los pilares en los cuales se encuentra fundamentada en la sociedad en la que vivimos: La dominancia del Hombre. Si el hombre no se muestra fuerte, poderoso y superior a las demás criaturas de la naturaleza (incluyendo aquí a la mujer) entonces es un hombre ‘castrado’ y es aquí donde las personas corren el riesgo de cometer actos violentos con el fin de establecer la dominancia y poderío que se le otorga a su género.

Cuando creen que no cumplen con las estrictas normas de género, pueden sentir la necesidad de actuar agresivamente para demostrar su hombría.

Masculinidad hegemónica Sus integrantes se caracterizan por ser personas importantes, independientes, autónomas, activas, productivas, heterosexuales, y a nivel familiar, proveedoras y con un amplio control sobre sus emociones.

* Masculinidad subordinada: En este caso, algún o algunos rasgos de la masculinidad dominante están ausentes; se trata de hombres que no son tan fuertes, cuya capacidad económica no es grande, no comparten rasgos como el autocontrol emocional, pertenecen a una minoría, y no se identifican con el estereotipo o prototipo masculino hegemónico.

Masculinidades alternas: Algunos hombres, al analizar las masculinidades anteriormente señaladas, han llegado a la conclusión de que no desean ejercer ninguna de ellas; que, por el contario, están dispuestos a analizar y elegir otras conductas, características y actitudes nuevas.

Como ya fue mencionado, tanto la masculinidad como la feminidad son constructos sociales que se han ido definiendo por siglos y generaciones por la sociedad y creencias de cada época. El asunto con la masculinidad es que siempre ha exigido ciertas conductas y reglas en los varones, provocando una actitud tóxica, violenta, agresiva y, sobre todo, machista.

La masculinidad frágil es esa masculinidad que hace a los varones tratar de esconder sus emociones, hacerse fuertes ocultando sentimientos de miedo, angustia, debilidad o inseguridad al sentirse vulnerables. 1 Esto se lleva al grado de prohibir prendas de color rosa. Y el problema principal de una masculinidad frágil es que lleva al hombre a pensar que actuar o pensar como una mujer lo hace, de cierta manera, menos hombre.

Como conclusión, “el enemigo a vencer no es la masculinidad, sino cierta definición de la masculinidad…”. 4 Es necesario, como sociedad y como hombres, comenzar a responsabilizarse de estas conductas machistas y empezar a cambiarlas. Es importante aprender a deconstruir este concepto de masculinidad. No tiene ningún sentido que en un país donde se te enseña a ser tan duro y rígido como hombre, la masculinidad sea de las cosas más frágiles de las que sufren.

Fuente: cndh.org.mx