Querido diario:

Hoy volví a regarla, déjame decirte que esto de buscar el amor cada vez es más difícil, ya que como siempre estoy despistada he perdido nuevamente una oportunidad, aunque sea de tener un amigo.

El sábado salí con unos amigos a tomar unos tragos y comer unas hamburguesas algo casual después de no vernos tanto tiempo. Ya que no tengo muchos amigos le dije a mi amiga que invitara a quien quisiera e invito a sus primos y ya sabes esos primos tienen amigos.

La verdad que cuando llegaron quede un poco impactada, es que los muchachos no estaban nada mal, que puedo decir, también tengo mi corazoncito y mi cuerpo pide amor.

Cuando llego el momento de la presentación, ya sabes una aplica todas las técnicas posibles para llamar la atención de aquel que más llamo tu atención, te tocas el cabello, te muerdes el labio y sacas esa mirada que ha matado a tantos. En este momento es cuando las niñas se paran erguidas, meten la panza, sacan el pecho y las nalgas, y si traes escote ya chingaste.

Pues ya sabes está medio niño saca a la mujer que tiene dentro cuando los sientan a un lado mío, ya que casi no hay muchas mujeres en el grupo una se siente soñada ja.

Durante la plática, uno de los muchachos empezó a platicar más conmigo, las típicas preguntas para conocer a una persona.

¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿De dónde eres? ¿A que te dedicas? ¿A qué hora sales por el pan? Blah, Blah, Blah

En fin, el muchacho se llama Vulcano, 24 años, administrador, amante de los autos, toca la guitarra, le gusta viajar, ojos color miel, apiñonado, alto (bueno más que yo sí y no soy bajita), de ensueño el muchacho o al menos para mí.

Entre la plática y tragos esto se había vuelto coqueteo, ¿En qué momento? No sé.  Pero yo tampoco le iba a perder.

Conforme pasaba la noche llego el momento de irme a casa, como ya está un poco mareada decidí ir al baño, típico cuando te ves el espejo y te dices ¿Por qué eres así?

Ya había llegado por mí el Uber, entonces empezó a despedirme de todos, Vulcano no estaba así que ya no me despedí de él, agarré mi bolsa, mi chamarra y me salí del bar.

Cuando reconocí al chofer sentí como alguien me jalo del brazo y me pego a su cuerpo, sí era Vulcano robándome un beso fue muy romántico algo que pasa en las películas de amor no a mí.  Fue un muy buen beso no lo voy a negar.

En eso me agarra mi mano y me da una servilleta enrollada con una pulsera que tenía un corazón. Como el chofer tenía ya rato esperando solo me despedí y me subí al auto.

Una vez a dentro, abro la servilleta, lo primero que hice fue soltar una carcajada.

La servilleta decía “Hoy te llevas mi corazón y junto a él mi número” y el número escrito en ella. Como soy muy descuidada solo me puse la pulsera y guardé la servilleta.

Al día siguiente salí de viaje con mi familia y amanecí con un poco de gripa ya sabes por eso del frio. Siempre cargo papel en mi bolsa, pero como estaba moqueando a lo mejor en algún momento pude utilizar la servilleta para limpiarme la nariz, ya que cuando llegue a mi casa la busque sin encontrarla.

Efectivamente, perdí la servilleta.

Talvez, esta vez no era para mí, pero bueno tengo su corazón y si es para mí nos volveremos a ver. Él sabe cómo encontrarme.  

Ps: ¿De donde fregados saco la pulsera?